
Pasan los años, maduras, los ojos se acostumbran a mirar de una forma diferente y la vida te planta delante experiencias y circunstancias que no te esperas que sucedan. Poco a poco te reafirmas en la creencia que arrastras desde hace tiempo y que te dice que, lo que realmente deseas en esta vida, es poder ofrecerles a los que tiene a tu lado todo aquello que necesiten para vivir bien. Entiendes, entre otras muchas cosas, que los giros la mayoría de veces son inesperados y bruscos y que son unos pocos, tus pocos, los que te ayudan a mantener la estabilidad cuando estás en plenas vueltas. Con alegría y responsabilidad captas que supones lo mismo para ellos.
Llegan fechas señaladas de recogimiento familiar y si tienes la suerte de tener una familia a la que querer siempre regresar o la suerte que no tuviste con ello la estás trabajando formando una nueva a elección, entenderás que igual no compartes el espíritu consumista, que igual no crees en la explicación religiosa de estas celebraciones pero que la esencia está ahí día a día y que ¡que narices! si hay ocasión para felicitarse, darse las gracias, hacerles saber que se les tiene siempre presentes ¿Qué hay de malo en demostrarlo?
Los blogs se llenan estas fechas de listas de deseos en los que se dan pistas sobre qué regalar o que te regalen. Muchas veces he oído comentarios en los que se tilda a estas wishlist de superficiales, fomentar una actitud equivocada que pervierte el momento y la celebración. Material, inmaterial … ¿Sinceramente? yo a los que quiero les estaría regalando todos los días.
El año pasado recibí un paquete de Javi y Lola. Me regalaron porque sí una alfombrilla de ordenador y un vale por un piscolabis en su casa. No tenían por qué hacerlo pero desde el año pasado, todos los días del año, veo una cosa bonita comprada por gente bonita demostrando lo bonito que sienten por mí. Ahora que venga alguien y me diga que lo material es un bluff.
Así queridas y queridos, seguramente si entráis en este blog las próximas semanas y veréis alguna que otra lista por aquí. Algunas cosas me harían ilusión, otras sé a quién le harían, unas podré regalarlas, otras no y lo mismo a la inversa porque la cosa está como está e igual no da pa’más pero os tengo presentes.
Porque hay momentos en los que veo cosas bonitas y me acuerdo de los bonitos que tengo al rededor.